lunes, 28 de septiembre de 2009

Santiago, la ciudad de los "Flaites"

Debo reconocer que no soy un experto en “tribus urbanas” (Pokemones, Pelolais, Góticos, Emo, etc., etc.) De hecho no estoy convencido que realmente sean "tribus" ya que no hay consenso ni sociológico ni mucho menos antropológico respecto de si son merecedoras o no, de esta denominación tan omnipresente en los mensajes mediáticos que recibimos a diario en nuestros hogares y lugares de trabajo.
Una vez alejados de esta controversia, lo que abordaré será el hecho de la existencia de un tipo de individuos que deambula por las calles del "Gran Santiago" (que de grande tiene sólo su extensión, nada más) denominados “Flaites". La verdad sea dicha, mi espíritu crítico me impide no tener una postura dura respecto de la sociedad en la que vivimos. Me refiero especialmente a la sociedad chilena que es la sociedad en la cual he vivido y gracias a la cual, he podido comparar expresiones culturales diversas y muchas veces, muy dispares (viví durante muchos años en varias localidades del sur de Chile y además, he podido viajar en un par de ocasiones al extranjero). En estas nuevas líneas me referiré a lo que los jóvenes chilenos llaman “Flaites", y que en tiempos no muy pretéritos, se denominaron "picantes", “picles", "rascas", "chulos", "ordinarios" o simplemente, (aunque suene bastante “cuico” ) "rotos".
Debo dejar en claro que me considero un “anti-flaite”, pero no desde la vereda de la discriminación social per se (que no sólo tiene que ver con los recursos económicos). Esto guarda relación con usos y apropiaciones de ciertos recursos simbólicos. De cierto tipo de conductas, hábitos, poses, formas, expresiones, vestimenta, lenguaje y aspecto físico (entre muchos otros).
Estamos hablando de códigos culturales importados y masificados dentro de ciertas esferas sociales y desde ahí, re-significados y presentados como exacerbadamente híbridos (me asilaré en los conceptos García-Canclianos, pero con menos positivismo y mucho más relativismo en su definición) y con los cuales el chileno "medio-bajo" y al parecer con un énfasis especial, el santiaguino (NSE, C3) se escuda y diluye sin el menor reparo o cuestionamiento identitario. Al ampliarse este término en su significación y representación, podría decirse por ejemplo, que el "fútbol profesional" chileno, está colmado de "Flaites", que van desde algunos entrenadores hasta varios dirigentes, pasando como no, por un número importante de los futbolistas de todas los equipos y divisiones (tan propensos a los "guiños Flaites" , disfrazados bajo costosos automóviles, trajes y relojes de procedencia europea).
Es cosa de ver algunas de las cuñas o entrevistas efectuadas a nuestros "cracks" y podremos constatar quién es "Flaite" y casi de inmediato, cual es más "Flaite" que otro.
He mencionado en reiteradas ocasiones este término, por lo que ahora, corresponde tratar de "traducir" ¿Qué entendemos por “Flaite"? y ¿Qué es lo asociado a este término? Comúnmente, las personas (sobre todo los jóvenes) definen a los “Flaites” como aquellos hombres y mujeres de costumbres ordinarias, que visten ropa holgada tipo "rapero", con zapatillas vistosas y de marca, gruesos polerones gigantes, pantalones de buzo o jeans enormes que les cuelgan y arrastran por el suelo, aros que aparentan ser finos (y que la mayoría de las veces son de fantasía), gorros tipo jockey, toscas cadenas, anillos, etc., etc. Intentan llamar la atención y marcar presencia escuchando a todo volumen su “música” rapera, hip-hopera y más recientemente, "reggaetonera". Al caminar, lo hacen como si les pesaran las piernas o el trasero. Como si presentaran serias dificultades para hacer su digestión. Los “Flaites”, generalmente, provienen de barrios marginales y por consiguiente,casi siempre, delictuales. Recalco este punto, ya que no siempre es así. Es el prototipo chileno-urbano de un “hip-hopero” de los barrios marginales del Bronx, con sus pandillas llenas de códigos de mala convivencia y agresividad permanente. Estos individuos siguen ciertas tendencias estilísticas, tanto en lo visual como en su postura de vida (disconformidad y resentimiento frente al sistema social). De protesta callejera y de grupos asiladores de delincuencia, drogadicción e inaptabilidad social. Se podría decir que representan al roto chileno 2.0. Aquel personaje que ha formado parte de la esencia chileno-rural de los siglos XIX y XX, pero que una vez "des-rruralizada" la sociedad chilena, se "urbamizó" y apoderó de gran parte de nuestros barrios, plazas y calles. Se esparcen como maleza por prácticamente todos los estadios de nuestro país, escondidos en las galerías donde "pastan" las "barras bravas". Muchas veces, cambian parte de su atuendo, por poleras de colores duocromáticos y si tienen la suerte de estar detrás de algún reportero del noticiario central, aprovechan su oportunidad para gritar y mostrar toda su esencia delante de las cámaras. Necesitan darse a conocer y saludar a sus pares (familias,amigos,parejas). Hace un par de días atrás, encontré en internet esta definición bastante coloquial, pero no menos cierta: “Los cogoterus amenazantis, mas conocidos como flaites son el equivalente chileno del cani español, el plancha uruguayo el ñero o guiso colombiano, el naco mexicano, el malandro venezolano y otras denominaciones. Se dice de aquellos individuos de tez generalmente cobriza pero no oscura (aunque opaca), ataviados con indumentaria propia de raperos hollywoodenses, cuya lengua nativa es el Cagasteshano, de costumbres gregarias (un flaite nunca anda solo), de un nivel educacional superior al que demuestra, y que suele estar presente en esquinas, estacionamientos, botillerías y conciertos de Reggaeton. De edad inferior a los veinte años, se dedican a la solicitud de crédito inmediato (cumparito, suelte unas moneas) o al cuidado de bienes y enseres (pasa dos lucas o ti hago cagar el auto). También hay cierta gente que dice que no son de este mundo: son extraterrestres debido al "in entendible" idioma que hablan. También llamados: Cumas, lumpen, lanzas, longui (entre ellos) o delincuentes de mierda, son la especia mas enigmática de todo el territorio nacional”. (http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Flaite) Su vocabulario es definitivamente, un tema aparte ya que tendría que ser considerado como una jerga con características muy particulares y desafortunadamente, con gran capacidad de multiplicación a nivel nacional (abarcando a prácticamente todos los estratos). Muy empapado del "coa" criollo-urbano, tan lleno de seudopalabras y abreviaciones extrañas y que fonéticamente, llegan a parecer como excéntricas para todo turista que recorra las calles de la capital. Finalmente y como dicen los expertos, este es un fenómeno socio-cultural, y por tanto debe estar en desarrollo y mutación aparente. Tal vez, sea parte de una moda pasajera que irrumpe y modifica, pero que luego da paso a nuevas formas de expresión colectiva e individual. Siendo parte de lo que se denomina "cultura". Pero no de aquella ilustrada, sino de aquella viva, mutable, presente en una modernidad "líquida" (en palabras de Z. Bauman). En constante formación y deformación, sin estructura sostenible y colmada de incertidumbres. Por el momento, dejaré de escribir este artículo para tomar el metro, que por estos días se ha llenado de "Flaites", con sed de dominio de este entorno (otrora, más digno), pero que aún resiste ante los embates de estos personajes tan "pintorescos" del escenario capitalino 2.0.

No hay comentarios: